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mercoledì 5 maggio 2010

120 - XII ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE MONSEÑOR JUAN J. GERARDI

“Conocerán la Verdad y la Verdad les hará libres” (Evangelio de Juan 8,32)

Con el Obispo GERARDI, en el XII aniversario de su martirio, invitamos a todos y todas a repetir: ¡No a la impunidad! ¡Sí a la Verdad y a la Justicia! GUATEMALA NUNCA MÁS.

Como Iglesia Católica en Petén queremos recordar los cuatro horcones –indicados por el Papa Juan XXIII- sobre los que se puede construir la Paz que queremos para nuestras familias, nuestra sociedad y el mundo entero y que son: La Verdad, el Amor, la Justicia y la Libertad. Estos son los caminos que animó Juan Gerardi y en los que fue asesinado; pero su muerte sigue siendo semilla de nuevas personas y grupos que abren brechas por esas sendas peligrosas que debemos seguir recorriendo con la luz de este Testigo Fiel del Evangelio de la Vida.
Junto a estos pilares, queremos también indicar algunos «valores irrenunciables y no negociables», que la enseñanza de Benedicto XVI ha indicado claramente en su reciente Encíclica “La verdad en la caridad” y que giran en torno a la dignidad de toda persona humana. Sobre este fundamento se implantan y son garantizados otros «indispensables valores» que forman un conjunto indivisible: el derecho al trabajo, a la casa y a la seguridad; la libertad de asociación y de empresa, en vistas al bien común; la integración equitativa de las varias etnias y grupos humanos; el respeto de la creación y del ambiente; la liberación de la pobreza y del abandono en el que está la población más débil y marginada; el derecho a estar libres de la corrupción, de la violencia y la delincuencia, del narcotráfico y del crimen, en particular del crimen organizado.

Con Gerardi recordamos la historia y experiencia de la violencia vivida tantas décadas y que, aparentemente, concluyó con la firma de los Acuerdos de Paz firme y duradera que marcan ese camino de construcción de una Guatemala distinta. La violencia continúa y esos Acuerdos de Paz han quedado, en muchos aspectos, como silenciados y desconocidos.

La voz del pueblo humillado y víctima de muchas injusticias y atrocidades, fue escuchada en el proyecto pastoral que, en nombre de la Iglesia Católica de Guatemala, impulsó Mons. Gerardi con el REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica) y que no tiene otro objetivo que abrir caminos de reconciliación y de paz. El año pasado, el Vicariato Apostólico de Petén realizó un balance del cumplimiento de sus recomendaciones en Petén para actualizar sus llamados a todas las personas que quieran trabajar por el bien común de nuestra sociedad. Esa violencia impune que se vivió también dio a luz la Comisión del Esclarecimiento Histórico con su documento “Memoria del Silencio”. Son trabajos para recordar, analizar e impulsar, con la fuerza de la verdad y del amor, esos caminos de justicia y paz que queremos recorrer libremente. Sin embargo, tanto los Acuerdos de Paz como el REMHI y “Memoria del Silencio” se siguen, en muchos aspectos, como invisibilizando y desconociendo. Estos documentos nos traen las claves para comprender las causas de tanto mal y por lo tanto nos señalan la medicina para ir curando tanta herida, tanta desigualdad y tanta injusticia. Pedimos de manera especial que se retomen los contenidos de estos trabajos en la guía curricular educativa de las nuevas generaciones, tanto para que no se vuelvan a repetir las violencias como para señalarles un ideal de país y humanidad.

En este XII aniversario del martirio de Mons. Gerardi, queremos señalar todos los chispazos que miramos a favor de esa Guatemala distinta con la que soñamos y en la que activamente esperamos: sujetos sociales claves que están emergiendo como las mujeres que se organizan y participan para reivindicar sus derechos, el pueblo maya que está promoviendo sus derechos y que ha tenido en Petén la tercera sentencia condenatoria con el delito de discriminación que ocurre en el país, los barrios y aldeas que se están organizando en consejos comunitarios de desarrollo, asociaciones y cooperativas para buscar un desarrollo rural sustentable, la toma de conciencia por proteger y cuidar el medio natural que interactúa intrínsecamente con los seres humanos y, en definitiva, todas las personas que creen, aman y luchan diariamente por superar todos los problemas.

También vemos destellos positivos en medio de tantos casos de impunidad, corrupción e injusticia que tienen por sujeto a ciertos miembros de fuerzas políticas, militares o económicas del país que violan los derechos humanos o saquean el patrimonio de todos y todas o lo ponen exclusivamente a su servicio. En particular, como Iglesia de Petén, sentimos viva la urgencia de despertar en la población -empezando por los responsables de la vida pública y del bien común- un estallido de «nueva moralidad» frente a los repetidos y vergonzosos casos de corrupción casi institucionalizada (por ejemplo: los periódicos reportan “nuestro caso de corrupción de cada día”) y ello frente a los graves y a veces dramáticos problemas de orden económico-financiero, jurídico, sanitario, educativo, social, cultural, ambiental y político. Cada juicio para este tipo de casos es una “buena noticia” en el marco de ese enorme trabajo de romper con la impunidad con la que se han hecho y se siguen haciendo tantos hechos condenables. El trabajo de policías, fiscales y jueces honorables, la auditoria social por parte de ciertos grupos a favor de la justicia y procedimientos transparentes, junto con la ayuda internacional, particularmente por ejemplo, de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala-CICIG, nos anima a creer que podemos cambiar las situaciones y que juntos y juntas debemos botar ese muro de impunidad que sigue tapando tanta corrupción e inmoralidad. En Petén concretamente exigimos justicia y resarcimiento integral para tantas víctimas de comunidades que fueron violentadas y masacradas.

Como Iglesia Católica, junto a la sangre del Mártir de la Paz, Juan Gerardi, queremos seguir ofreciendo las acciones concretas de pastoral que realizamos en bien de las personas y comunidades de Petén y hacemos un llamado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para aunar esfuerzos en una misma dirección en busca del bien común para la sociedad petenera, donde haya respeto integral a la vida teniendo en cuenta especialmente a las mujeres, las personas indígenas y a la biodiversidad natural en la que vivimos. En relación a este último punto queremos que se explique la posibilidad de renovar el contrato petrolero en el área de la Laguna del Tigre, cuando el Reglamento de la Ley de Áreas Protegidas (759-90) prohíbe la exploración y explotación petrolera en los parques nacionales y así se contempla en convenios firmados por el Estado de Guatemala. Nos unimos a todas las personas de buena voluntad para seguir construyendo la Guatemala justa y en paz con la que soñó y por la que dio su vida Monseñor Juan José Gerardi Conedera.

Flores, Petén, Vicariato Apostólico, abril del 2010.