Benvenuti nel blog “Orizzonte Guatemala”! Siamo un gruppo di amici del Guatemala e con questo strumento di comunicazione e condivisione vogliamo contribuire a fare conoscere l’attualità di questo bellissimo paese, al quale ci legano vincoli di amicizia e di solidarietà con tanti amici guatemaltechi.


lunedì 7 giugno 2010

154 - ECHOS DE AGATHA

Es la primera tormenta de la temporada. Se formó en el Pacífico, y de sur a norte, pasó dejando una huella impregnada de un olor a muerte y desolación en cientos de comunidades. Ágatha se sumó a los nombres de Stan y Mitch, y escribe una página dolorosa en la historia de los desastres y cuyo escenario no termina de reconstruirse.
La tormenta que se creó el pasado viernes y que ingresó con fuerza un día después a Centroamérica, nos tomó por sorpresa, y por demás desprevenidos, pues tan solo unas horas antes, el volcán de Pacaya había convertido a la ciudad capital y sus municipios cercanos en una enorme playa de arena negra que amenazaba con inundaciones si no era recolectada de inmediato. Los débiles sistemas de drenajes y la suciedad de las calles eran ingredientes ideales para una desgracia sanitaria.
Y, entre los desastres, los más lamentables: las pérdidas humanas. Del jueves 27 de mayo para acá, la triste lista de muertes la encabeza el periodista Aníbal Archila, reportero de Notisiete y que pereció en medio de una lluvia de lava al pie del coloso. Si bien, su pérdida fue desoladora, el inventario trágico sumaba cifras con la llegada de Ágatha: el último reporte oficial hablaba de 156 muertos.
Unas 24 horas de lluvias y vientos comenzaron desde la madrugada del sábado 30. Los sistemas de alerta se dispararon y el país volvió a quedar desnudo frente a la furia natural. Fueron dos catástrofes en hilo. Dos bofetadas que revivieron viejas –y vigentes- fragilidades: el país no sigue estando listo para prevenirse de los desastres.
Unas instituciones integrantes del sistema de emergencia han unido esfuerzos para contener los embates del paso de Ágatha; los reportes oficiales van añadiendo críticas cifras, las cuales hasta el momento rezan que 38 mil 828 personas han sido atendidas en albergues y el número de evacuados alcanza las 155 mil 185.
En redes sociales y medios de comunicación internacionales las imágenes eran desoladoras y el flashback del huracán Mitch destapó viejas heridas. El mismo presidente Álvaro Colom reconocía que los daños en infraestructura superaban a los causados por ese huracán en 1998.
Esta vez, varias carreteras se vieron interrumpidas por derrumbes y deslaves. El Ministerio de Comunicaciones reportó 17 puentes tota
lmente destruidos. Pero no solo las vías terrestres fueron afectadas, pues el Aeropuerto Internacional La Aurora no recibe ni envía vuelos desde el pasado jueves.
Entre ceniza y lluvia, el tráfico aéreo fue suspendido hasta las 12 horas de este martes, o al menos así lo proyectan las autoridades.
La suspensión de clases se mantiene únicamente en Guatemala y Escuintla. En los departamentos, serán las direcciones departamentales de educación las que tomen la decisión basados en el estado de sus comunidades. Por ello, Petén será el primer departamento que reinicie clases de inmediato”, dijo el Gobierno en un comunicado de prensa.
Sin embargo, entre tanta calamidad, las manos amigas se dispusieron a dar una caricia de solidaridad. Entre los guatemaltecos se han organizado para trasladar ayuda y recolectar víveres para alimentar a las personas que ocupan los 171 albergues habilitados en todo el país.
Asimismo, la ayuda internacional comienza a dar buenas luces. Se tiene prevista la llegada de helicópteros de Colombia, México y Honduras –este último también sufrió daños por la tormenta-, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha ofrecido un préstamo no reembolsable de 400 millones de dólares.
Las horas van pasando y los ecos de Ágatha van replicando un mensaje de clamor urgente. Mientras Guatemala permanece sumergida entre lodo y desconsuelo un trabajo de reconstrucción efectivo y con ánimos preventivos pondrán a prueba a las autoridades para prepararse porque esta temporada de tormentas que recién comienza no sume más tristeza a este inventario de daños.
(Prensa Libre, 5/06/2010)