Miles de agricultores del oriente del país califican de “tragedia” las pérdidas totales y parciales de sus cultivos de maíz, frijol, manía, tomate, entre otros productos, causadas por la prolongada sequía que azota esa región de Guatemala desde hace más de 30 días, y aseguran que es la peor de las últimas cuatro décadas.
Durante un recorrido efectuado por Prensa Libre en varias comunidades de Chiquimula, Zacapa y El Progreso se constató la frustración de los agricultores por las cosechas perdidas, a lo cual se suma la preocupación por el alza considerable en el precio del quintal de maíz, que pasó de Q90 o Q100 a Q165, lo cual, afirman los pobladores, causará “hambre y más pobreza”.
En todas las comunidades visitadas el denominador común son las grandes extensiones de terreno completamente seco, al extremo que en algunos se formaron grietas. Además, la mayoría de cultivos no crecieron, por la falta de agua, o en otros casos no dieron los resultados esperados.
Alirio de Jesús Morales, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de la aldea Tierra Colorada, Chiquimula, indicó que las pérdidas son del cien por cien en los cultivos de maíz y manía.
Explicó que la aldea está formada por 250 familias, de las cuales 90 se dedican al comercio y 160 a la agricultura de subsistencia, y “desde hace 40 años” no sufrían de una sequía tan fuerte como la de ahora.
“Entre todas las familias que se dedican a la agricultura se plantaron alrededor de 300 manzanas de terreno, la mayoría es maíz, y en menor proporción cultivaron manía. Lastimosamente se perdió todo, no se pudo salvar nada de los cultivos porque la sequía se extendió por mucho tiempo”, dijo Morales, quien no pudo ocultar su preocupación por el futuro.
Henry Ramírez, un pequeño agricultor que reside en La Vega, a 15 minutos de la cabecera departamental de Chiquimula, y es padre de siete niños, relató que invirtió los ahorros del año pasado para cultivar maíz en una manzana y media de terreno que alquiló. Sin embargo, perdió todo porque sus siembras no recibieron lluvia por más de 30 días seguidos.
“Es una de las peores sequías que hemos tenido. Recuerdo que era niño cuando ocurrió una parecida; mi padre sufrió mucho por eso”, afirmó Ramírez.
Datos preliminares de la sede del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) en Chiquimula indican que hasta el 85 por ciento de todos los cultivos del departamento se han perdido, mientras que en Camotán y Jocotán la pérdida fue total.
Ramírez expresó, con angustia, que espera que las condiciones mejoren este mes, porque tiene niños pequeños que alimentar y no sabe que hacer, pero la perspectiva climática para agosto es que llueva por debajo de los niveles normales.
Sufrimiento
La situación es parecida en Zacapa, donde cultivos de maíz, manía, frijol y tomate han sido afectados por la falta de agua.
Victorino Franco, alcalde comunitario de la aldea Santa Lucía, a 20 minutos de la cabecera departamental, afirmó que se perdió el cien por cien de las 70 manzanas que cultivaron en su comunidad.
La extensión del Maga de Zacapa calcula que a escala departamental se perdió entre el 60 y 65 por ciento de los cultivos.
Durante un recorrido efectuado por Prensa Libre en varias comunidades de Chiquimula, Zacapa y El Progreso se constató la frustración de los agricultores por las cosechas perdidas, a lo cual se suma la preocupación por el alza considerable en el precio del quintal de maíz, que pasó de Q90 o Q100 a Q165, lo cual, afirman los pobladores, causará “hambre y más pobreza”.
En todas las comunidades visitadas el denominador común son las grandes extensiones de terreno completamente seco, al extremo que en algunos se formaron grietas. Además, la mayoría de cultivos no crecieron, por la falta de agua, o en otros casos no dieron los resultados esperados.
Alirio de Jesús Morales, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de la aldea Tierra Colorada, Chiquimula, indicó que las pérdidas son del cien por cien en los cultivos de maíz y manía.
Explicó que la aldea está formada por 250 familias, de las cuales 90 se dedican al comercio y 160 a la agricultura de subsistencia, y “desde hace 40 años” no sufrían de una sequía tan fuerte como la de ahora.
“Entre todas las familias que se dedican a la agricultura se plantaron alrededor de 300 manzanas de terreno, la mayoría es maíz, y en menor proporción cultivaron manía. Lastimosamente se perdió todo, no se pudo salvar nada de los cultivos porque la sequía se extendió por mucho tiempo”, dijo Morales, quien no pudo ocultar su preocupación por el futuro.
Henry Ramírez, un pequeño agricultor que reside en La Vega, a 15 minutos de la cabecera departamental de Chiquimula, y es padre de siete niños, relató que invirtió los ahorros del año pasado para cultivar maíz en una manzana y media de terreno que alquiló. Sin embargo, perdió todo porque sus siembras no recibieron lluvia por más de 30 días seguidos.
“Es una de las peores sequías que hemos tenido. Recuerdo que era niño cuando ocurrió una parecida; mi padre sufrió mucho por eso”, afirmó Ramírez.
Datos preliminares de la sede del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) en Chiquimula indican que hasta el 85 por ciento de todos los cultivos del departamento se han perdido, mientras que en Camotán y Jocotán la pérdida fue total.
Ramírez expresó, con angustia, que espera que las condiciones mejoren este mes, porque tiene niños pequeños que alimentar y no sabe que hacer, pero la perspectiva climática para agosto es que llueva por debajo de los niveles normales.
Sufrimiento
La situación es parecida en Zacapa, donde cultivos de maíz, manía, frijol y tomate han sido afectados por la falta de agua.
Victorino Franco, alcalde comunitario de la aldea Santa Lucía, a 20 minutos de la cabecera departamental, afirmó que se perdió el cien por cien de las 70 manzanas que cultivaron en su comunidad.
La extensión del Maga de Zacapa calcula que a escala departamental se perdió entre el 60 y 65 por ciento de los cultivos.
En la Gobernación de Zacapa se informó que los 11 municipios fueron afectados y que preliminarmente se han perdido seis mil 516 hectáreas de cultivos, que representan más de Q14 millones de inversión.
En El Progreso la situación es igual de alarmante, como lo relató Blandelino Moscoso, dueño de varias manzanas de terreno en la aldea Santa Rita, quien dijo que los agricultores perdieron la mitad de sus cultivos. El dato coincide con los de la sede del Maga.
En todas las comunidades visitadas los pobladores mantienen una leve esperanza de recuperar algo de lo perdido, en la llamada “segunda cosecha”.
Alarma por precios
Campesinos del oriente del país confirman alza.
Q165 cuesta el quintal de maíz en Chiquimula, Zacapa y El Progreso, según se verificó.
Entre Q90 y Q100, costaba el quintal de maíz hace cuatro semanas en los mercados.
Desventura
Es de las peores temporadas
José Luis Vásquez Díaz, agricultor de 94 años que reside en la aldea Saspán, San José La Arada, Chiquimula, perdió sus cultivos debido a la prolongada canícula que afecta al departamento.
Vásquez Díaz explicó que cultiva la tierra para sostener a tres hijas y dos nietos, y narró con semblante preocupado que invirtió el dinero que tenía para sembrar en dos manzanas y media de terreno, el cual quedó completamente seco, por falta de agua.
“La milpa no recibió agua y se quedó pequeña, las mazorcas no cargaron y se perdió. Lo único que se puede hacer ahora es doblar las plantas para que se terminen de secar y preparar zacate para que se los coman las reses”, declaró el agricultor.
Comentó que siempre se ha dedicado a la agricultura y que en su vida solo recuerda dos sequías similares, una hace unos 40 años y otra cuando él era un niño de 10. En esas ocasiones todas las cosechas de las personas también se perdieron.
Vásquez Díaz indicó que en su aldea viven unas dos mil personas que, en su mayoría, se dedican a la siembra de maíz y frijol, y aseguró que también perdieron todo.
“Las familias van a padecer de hambre por esta sequía. Las autoridades vinieron hace unos días y dijeron que van a traer ayuda, pero hasta hoy no tenemos nada claro”, lamentó.
Problemática
Sin recursos para hacer mejoras
Román Cervantes Sánchez, agricultor de la aldea Vega Arriba, Chiquimula, refirió que a pesar de que existe tecnología para evitar las pérdidas de las siembras, es imposible que un agricultor que siembra para la subsistencia pueda implementarla, ya que carece de recursos para instalar la infraestructura necesaria.
Indicó que perdió dos manzanas de terreno que sembró y abonó, pero por la falta de humedad se echaron a perder por completo.
“Aquí dejó de llover desde hace más de un mes y la milpa no terminó de crecer, ya no se puede recuperar, a pesar de que está verde, porque no recibió agua en el momento más importante de su crecimiento”, aseveró el agricultor.
Cervantes Sánchez afirmó que existen métodos para salvar las siembras ante estos inconvenientes, pero estos no están al alcance de los pequeños agricultores.
“Existen los sistemas de riego, pero nosotros no podemos implementarlos porque es muy caro todo el equipo necesario y nadie aquí lograría hacerlo, aunque todos lo quisiéramos”, aseguró, al tiempo que lamentó: “Solo los ricos pueden usar esa tecnología, porque uno de pobre ni aunque ahorre un par de años lograría tener eso”.
La situación es dramática para los tres mil habitantes de la aldea.
Alternativa
Grave situación los obliga a migrar
Victorino Franco, agricultor y alcalde comunitario de la aldea Santa Lucía, Zacapa, afirmó que las constantes pérdidas por sequías y la falta de oportunidades en el departamento han obligado a muchos integrantes de familias a buscar mejoras económicas en el extranjero.
Explicó que la aldea tiene alrededor de tres mil habitantes, y muchos, particularmente jóvenes, decidieron migrar a EE. UU.
Indicó que menos de la mitad de los pobladores de la aldea se dedican a la agricultura y que, en total, este año se sembraron 70 manzanas de terreno, en las cuales hay maíz, fríjol, manía y tomate, pero se perdieron totalmente.
“La situación es complicada. Hay familias que viven el día a día y sembraron media manzana, pero desgraciadamente no produjo. Hay niños que no van a la escuela por ayudarle al papá y ahora no saben qué harán ante esta situación”, expresó Franco.
El alcalde indicó que estos inconvenientes ya han pasado en varias ocasiones, lo que causa hambre y alza desmedida en el quintal de maíz, por lo que “muchos jóvenes que se sienten agobiados por la pobreza y falta de oportunidades han decidido viajar a EE. UU. en busca de mejoras para su familia.
Añadió que las familias del lugar no pueden costear tecnología para evitar pérdidas.
Prensa Libre, 8/08/2014
En El Progreso la situación es igual de alarmante, como lo relató Blandelino Moscoso, dueño de varias manzanas de terreno en la aldea Santa Rita, quien dijo que los agricultores perdieron la mitad de sus cultivos. El dato coincide con los de la sede del Maga.
En todas las comunidades visitadas los pobladores mantienen una leve esperanza de recuperar algo de lo perdido, en la llamada “segunda cosecha”.
Alarma por precios
Campesinos del oriente del país confirman alza.
Q165 cuesta el quintal de maíz en Chiquimula, Zacapa y El Progreso, según se verificó.
Entre Q90 y Q100, costaba el quintal de maíz hace cuatro semanas en los mercados.
Desventura
Es de las peores temporadas
José Luis Vásquez Díaz, agricultor de 94 años que reside en la aldea Saspán, San José La Arada, Chiquimula, perdió sus cultivos debido a la prolongada canícula que afecta al departamento.
Vásquez Díaz explicó que cultiva la tierra para sostener a tres hijas y dos nietos, y narró con semblante preocupado que invirtió el dinero que tenía para sembrar en dos manzanas y media de terreno, el cual quedó completamente seco, por falta de agua.
“La milpa no recibió agua y se quedó pequeña, las mazorcas no cargaron y se perdió. Lo único que se puede hacer ahora es doblar las plantas para que se terminen de secar y preparar zacate para que se los coman las reses”, declaró el agricultor.
Comentó que siempre se ha dedicado a la agricultura y que en su vida solo recuerda dos sequías similares, una hace unos 40 años y otra cuando él era un niño de 10. En esas ocasiones todas las cosechas de las personas también se perdieron.
Vásquez Díaz indicó que en su aldea viven unas dos mil personas que, en su mayoría, se dedican a la siembra de maíz y frijol, y aseguró que también perdieron todo.
“Las familias van a padecer de hambre por esta sequía. Las autoridades vinieron hace unos días y dijeron que van a traer ayuda, pero hasta hoy no tenemos nada claro”, lamentó.
Problemática
Sin recursos para hacer mejoras
Román Cervantes Sánchez, agricultor de la aldea Vega Arriba, Chiquimula, refirió que a pesar de que existe tecnología para evitar las pérdidas de las siembras, es imposible que un agricultor que siembra para la subsistencia pueda implementarla, ya que carece de recursos para instalar la infraestructura necesaria.
Indicó que perdió dos manzanas de terreno que sembró y abonó, pero por la falta de humedad se echaron a perder por completo.
“Aquí dejó de llover desde hace más de un mes y la milpa no terminó de crecer, ya no se puede recuperar, a pesar de que está verde, porque no recibió agua en el momento más importante de su crecimiento”, aseveró el agricultor.
Cervantes Sánchez afirmó que existen métodos para salvar las siembras ante estos inconvenientes, pero estos no están al alcance de los pequeños agricultores.
“Existen los sistemas de riego, pero nosotros no podemos implementarlos porque es muy caro todo el equipo necesario y nadie aquí lograría hacerlo, aunque todos lo quisiéramos”, aseguró, al tiempo que lamentó: “Solo los ricos pueden usar esa tecnología, porque uno de pobre ni aunque ahorre un par de años lograría tener eso”.
La situación es dramática para los tres mil habitantes de la aldea.
Alternativa
Grave situación los obliga a migrar
Victorino Franco, agricultor y alcalde comunitario de la aldea Santa Lucía, Zacapa, afirmó que las constantes pérdidas por sequías y la falta de oportunidades en el departamento han obligado a muchos integrantes de familias a buscar mejoras económicas en el extranjero.
Explicó que la aldea tiene alrededor de tres mil habitantes, y muchos, particularmente jóvenes, decidieron migrar a EE. UU.
Indicó que menos de la mitad de los pobladores de la aldea se dedican a la agricultura y que, en total, este año se sembraron 70 manzanas de terreno, en las cuales hay maíz, fríjol, manía y tomate, pero se perdieron totalmente.
“La situación es complicada. Hay familias que viven el día a día y sembraron media manzana, pero desgraciadamente no produjo. Hay niños que no van a la escuela por ayudarle al papá y ahora no saben qué harán ante esta situación”, expresó Franco.
El alcalde indicó que estos inconvenientes ya han pasado en varias ocasiones, lo que causa hambre y alza desmedida en el quintal de maíz, por lo que “muchos jóvenes que se sienten agobiados por la pobreza y falta de oportunidades han decidido viajar a EE. UU. en busca de mejoras para su familia.
Añadió que las familias del lugar no pueden costear tecnología para evitar pérdidas.
Prensa Libre, 8/08/2014
