lunedì 1 novembre 2010
297 - TRASTORNOS MENTALES AFECTAN A POBLACIÓN
La salud mental de los guatemaltecos está“gravemente” afectada, a causa de la pobreza, la violencia, la inequidad y la desnutrición, entre otros factores, afirmaron expertos.
El primer diagnóstico epidemiológico de trastornos mentales reveló que el 28 por ciento de los guatemaltecos afrontan problemas de ese tipo, en especial ansiedad y depresión, debido a las referidas situaciones sociales.
“La ciudad es una de las más violentas en América Latina, y el país, uno de los más peligrosos del mundo. Nadie escapa a la violencia que existe actualmente”, dijo Víctor López, coordinador del Programa de Trauma y Salud Global del Gobierno de Canadá.
López, quien también pertenece al Centro de Investigación en Ciencias de la Salud, de la Universidad de San Carlos, refirió que lo más preocupante es que la sociedad guatemalteca se ha adaptado y acostumbrado a los hechos violentos y ha perdido valores como la confianza y la solidaridad.
“Nadie habla con desconocidos, se teme viajar en autobús; se perdió la hospitalidad de antaño y aquello de que el guatemalteco era una persona confiada”, explicó el investigador.
Aseveró que el Hospital Nacional de Salud Mental Doctor Federico Mora atiende a 370 pacientes clínicos, 80 por ciento de los cuales han sido abandonados por sus familiares.
Esas personas presentan patologías neurológicas crónicas y siquiátricas, como esquizofrenia y trastorno bipolar, explicó la médica.
Escaso presupuesto
En la actualidad, el Ministerio de Salud dispone de 0.9 por ciento del presupuesto para salud mental, lo cual resulta insuficiente para la gravedad del problema.
Pier Paolo Balladelli, representante de la Organización Panamericana de la Salud, expuso que el Estado puede adoptar acciones de bajo costo para mejorar la salud de los pobladores, entre estas propiciar acercamientos de los padres con el plan de vida de sus hijos, impulsar la educación sexual y la planificación familiar y trabajar en mecanismos de conciliación, entre otras medidas.
Prensa Libre, 20/10/2010