Del delito de genocidio, la declaración e informe pericial de la doctora Elizabeth An, quien explicó que al realizar el análisis del plan Victoria 82, determinó que en 1982 el objetivo era anular a los comités clandestinos. No solo a la guerrilla, habiéndose aniquilado población civil porque se consideró que la población ixil era base de apoyo de la guerrilla, razón por la cual el Ejército llegó a considerar a la población civil enemigo interno. Habiendo contemplado el exterminio de la población, lo que se materializó en las masacres indiscriminadas en el área ixil: violación de mujeres, niñas y ancianas; bombardeos, quema de viviendas, siembras y muertes de animales. De acuerdo con lo indicado por la perito, se produjo la destrucción del entorno social y cultural de los ixiles, a los que se consideró como rebeldes: un pueblo difícil que no se sometía a los ladinos. Se les estigmatizó para aniquilarlos. En su amplio peritaje, indicó que en el plan de campaña Firmeza 83 el Ejército veía a las poblaciones como subversivas y enemigas. Por lo tanto el Ejército no hizo diferencia entre población civil y gente armada, iniciando estrategias de persecución. En el plan firmeza 83 el objetivo es el control físico y psicológico; se establece arrasar las poblaciones y sus cosechas. Despojando a la población en sus fuentes de alimentación, determinando que existió planificación del alto mando militar que se concretizó en el uso de aviones y helicópteros para destruirlos, lo que dio lugar a la persecución de gente a la montaña, afectando a los más vulnerables.
Los informes antropológicos y arqueológicos que fueron ratificados por los peritos sirven para establecer presencia de cementerios clandestinos que demuestran la existencia de grupos de personas enterradas tanto en fosas individuales y colectivas, determinándose que las osamentas encontradas, en su mayoría, tienen disparos de armas de fuego en regiones como la cabeza y el tórax, lo que evidencia que primero les dispararon y después fueron enterrados, confirmándose así lo indicado por los testigos que manifestaron la forma en que fueron masacrados sus familiares.
Estos cementerios clandestinos se visualizan en el informe pericial presentado por el perito Marlon Érick Giovanni García Arriaga en donde se observan las fosas encontradas a inmediaciones del río Chajul, observándose los esqueletos en las fosas con indicadores de violencia, entre ellas fracturas completas en costilla, heridas en la cabeza, mandíbula y cuello. Los indicadores de edad, los objetos asociados a su procedencia étnica, lo que viene a corroborar lo indicado por las personas que declararon acerca de las muertes de sus familiares. - sigue -
(Prensa Libre, 12/05/2013)