El puente fue destruido por la corriente del río. Posteriormente se instaló un puente Bailey que permitía el paso peatonal, pero ayer fue afectada esa estructura.
Esa situación originó que las personas cruzaran sobre troncos, con riesgo de caer al río, para abordar autobuses.
Algunas personas inescrupulosas cobraban Q15 y Q20 para trasladar a los necesitados por medio de tablas, troncos o improvisadas balsas.
Marta González, residente del sector, dijo: “Nos atrevemos a cruzar el río, porque aquí están más cerca los buses que van a la capital”.
Cien familias se encuentran en improvisados albergues de San Antonio Palopó y Santa Catarina Palopó, Sololá, debido a que las correntadas del fin de semana dañaron 73 viviendas, de las cuales 16 están completamente destruidas.
Mariano López, alcalde de Santa Catarina Palopó, informó que debido a la lluvia, esas comunidades se encuentran aisladas y no han recibido ayuda.
Un derrumbe en el kilómetro 214, Zunil, Quetzaltenango, bloqueó la ruta que comunica ese departamento con la Costa Sur.
Julio Xicay, alcalde de Zunil, aseguró que toda la ruta es de alto riesgo.
Catorce comunidades de San Pedro Pinula y Mataquescuintla, Jalapa, y la cabecera departamental de Escuintla quedaron incomunicadas debido a la lluvia.
Élmer Guerra, gobernador de Escuintla, afirmó que hay 650 familias damnificadas y 39 viviendas destruidas.
Millares de personas debieron esperar varias horas a que se habilitara el paso en el kilómetro 171 de la ruta a occidente, donde un derrumbe cobró la vida de por lo menos 26 personas.
Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, varios ríos del suroccidente están cerca de alcanzar puntos críticos de desbordamiento, y se temen inundaciones, si continúa la fuerte lluvia.
De desbordarse el río Naranjo, estarían en peligro las comunidades Santa María Naranjo, San Antonio Naranjo y Montecristo, Coatepeque, Quetzaltenango, así como Pueblo Nuevo, La Blanca, Salinas, Colorado y Tilaza, en Ocós, San Marcos.
Prensa Libre, 07/09/10