Alrededor de US$9 millones en pérdidas ha dejado la sequía que afecta desde comienzos de este año a siete de los 22 departamentos del país, considerada como la peor en 30 años por el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
La falta de lluvias ha arruinado los cultivos de maíz y frijoles y otros alimentos básicos en los departamentos del llamado “corredor seco” (Baja Verapaz, Chiquimula, El Progreso, Santa Rosa, Zacapa, Jutiapa y Jalapa), en el sureste del país, donde se registran temperaturas entre 35º a 40º centígrados y una precipitación pluvial que apenas llega a los 0.007 m anuales.
El presidente Álvaro Colom declaró en setiembre “estado de calamidad pública” para hacer frente a la crisis alimentaria producto de la sequía que afecta a unas 400,000 familias. Según el Ministerio de Salud, entre enero y agosto la falta de alimentos causó la muerte de 550 personas, incluyendo 54 niños.
“Alimentos hay, pero la gente no cuenta con recursos para comprarlos”, dijo Colom.
Según la Organización de las Naciones Unidas, más de la mitad de los 14 millones de guatemaltecos vive en la pobreza y 17% en la indigencia.
A mediados de setiembre, el ministro de Agricultura, Mario Aldana, anunció la creación de “un banco de alimentos para cubrir la carencia”.
El coordinador de la Unidad de Desertificación y Sequía del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Luis Ríos, alertó que “aunque ya existen grandes pérdidas, ésta es la punta del iceberg”.
El INSIVUMEH calcula que el fenómeno de El Niño, cuya presencia para este y el próximo año fue confirmada en julio por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA por sus siglas en inglés), podría causar mayores pérdidas tanto agrícolas como de especies animales y áreas boscosas a las ya sufridas, y puede llegar a afectar al sector ganadero, pues no habrá producción de pasto por falta de agua.
Ríos explicó en un blog del MARN que en Guatemala hay zonas “que son secas y la biodiversidad se desarrolla y se adapta a esas condiciones; sin embargo, el problema se dará cuando se agudicen las condiciones climáticas en áreas donde no están acostumbrados a la sequía”.
El problema no sólo será agrícola, ganadero y climático”, agregó. “Esta sequía limitará el acceso al agua en muchas regiones, eso lo convierte en un problema social, y si no se atiende esta emergencia, podría haber conflictos por disputa del vital líquido y hay poblaciones que podrían emigrar a otras regiones”.
Noticias Aliadas, 11/11/2009
