domenica 20 maggio 2012
609 - INDIGENAS DEBEN SER ESCUCHADOS
Álvaro Ramazzini dirigió durante 23 años la Diócesis de San
Marcos, y el 14 de mayo último el Vaticano anunció su designación como obispo
de Huehuetenango. En esta entrevista habla sobre los retos que le esperan en el
nuevo cargo.
¿A qué obedece su traslado a
Huehuetenango?
Fue una decisión del papa
Benedicto XVI, y la cumplo por el juramento de obediencia. Tuve que viajar a
Roma para que me informaran de este cambio. Esto luego de 23 años de estar en
San Marcos.
¿Personalmente, le afecta el
traslado?
Sí, porque todavía tenía algunos
sueños que cumplir en San Marcos, sobre todo la tenencia de la tierra, el
acompañamiento de jóvenes sacerdotes en la iglesia de las localidades y el
proceso del cierre de la mina Marlin. En el caso de la minería seguiré
apoyando, porque es un problema nacional.
¿Cuáles fueron los logros a lo
largo de los 23 años en San Marcos?
Considero que fueron 23 años de
evangelización, formación integral, plan de desarrollo integral y un plan de
conversión hacia la juventud, pero que al final, la Diócesis de San Marcos ha
logrado un perfil sobre la problemática agraria y de los migrantes.
¿Cómo ve a San Marcos y
Huehuetenango, en relación con los problemas que afrontan?
Son muy parecidos, sigo
sosteniendo que los campesinos o indígenas deben ser escuchados, y que los
estaré apoyando. En el tema religioso, trataré de fortalecer a los sacerdotes y
su trabajo, puesto que Huehuetenango cuenta con 30 parroquias y solo tiene 22
sacerdotes, y creo que sería el primer reto.
¿Qué opina sobre el conflicto en
Santa Cruz Barrillas?
Trataré de conocer más en los
próximos meses, para trabajar mancomunadamente, pero creo que es necesario
fortalecer el diálogo. Considero que el problema de Barrillas es un problema
que se hubiera arreglado a través del dialogó, pero se esperó hasta que se
diera el asesinato de un líder. En el caso del estado de Sitio, el Gobierno lo
hubiera declarado en última instancia, porque solamente generó riesgo y presión
a la situación, y esto no ayuda a fortalecer la democracia entre las
comunidades.
¿Cuál es su reto personal?
Mi reto siempre ha sido San
marcos; sin embargo, tras esta decisión trataré de luchar y seguiré
fortaleciéndome como misionero para convertir a los habitantes en lo espiritual
y lo social, pues considero que van de la mano.
¿Cuál fue su experiencia en el
tema de la minería en San Marcos?
Considero que el tema de la
minería no es desarrollo económico ni social. Es un problema grave. Hace dos
semanas presenté un estudio para el cierre de la mina Marlin, y aunque todavía
tengo duda sobre el cierre, seguiremos tras el análisis y llevaremos el estudio
a Estados Unidos. La instalación de estas explotaciones la considero
inconstitucional, por no ser respetado el convenio 169 y ni la voz del pueblo.
¿Cómo enfrentará el conflicto por la hidroeléctrica en
Huehuetenango?
Habría que hacer un estudio,
pero considero que esa es una responsabilidad del Ministerio de Ambiente. Hay que ver el impacto ambiental, ya
que en estos casos nunca se hace a lo profundo, no existe información concreta
y que al final genera confusión dentro de la sociedad.
¿Cuál es su mensaje para la
población de los dos departamentos?
Decir a las comunidades de
Huehuetenango que mi único deseo es servir y que crezca la intervención del
Evangelio, pero también apoyaré al departamento para crecer en armonía, y los
atenderé tal como se merecen, para erradicar la problemática de las
comunidades. A la comunidad de San Marcos, decirles que me voy muy triste y me
duele mucho, pero que tengo que obedecer el mandato que se me ha asignado; sin
embargo, lucharé por ellos para que se hagan valer sus derechos.
Prensa Libre 19/05/2012