La recuperación ambiental del área de la mina Marlin, en San Marcos, requerirá Q389 millones cuando deje de operar, señaló monseñor Álvaro Ramazzini al ser presentado un estudio a cargo de ingenieros estadounidenses, mientras la empresa asegura que ya se efectúa un cierre paralelo.
Ramazzini, obispo de San Marcos, informó que el estudio fue efectuado por profesionales del Unitarian Universalist Service Committee de Estados Unidos (Uusc, en inglés), en cooperación con la Comisión de Paz y Ecología de la diócesis marquense, con el fin de aportar datos para mostrar el impacto de la actividad extractiva minera.
El estudio fue presentado en una conferencia de prensa por Robert H. Robinson, director del Uusc, quien destacó que los Q389 millones para el cierre de la mina deben verse como el valor del riesgo ambiental que tiene el país en caso de que la empresa no haga esa recuperación.
El profesional señaló que las dudas surgen porque de acuerdo con los documentos públicos de Goldcorp, empresa propietaria de Marlin, no hay un plan de recuperación y esa firma solo pagó una fianza de Q8 millones para el cierre de la mina, de donde se extrae oro y plata.
Agregó que el rubro más importante en el cierre de operaciones es el tratamiento del agua superficial, que tendría un costo de Q96 millones.
Steve Laudeman, ingeniero del Uusc, destacó que también se hizo una evaluación de las casas agrietadas y se concluyó que es consecuencia de la actividad minera. Dijo que no comparte los resultados de una anterior evaluación gubernamental, la cual exime de responsabilidad a la mina Marlin.
Lolita Pérez, del Consejo de los Pueblos Quichés, señaló que las cifras para un cierre muestran la forma violenta como se imponen intereses económicos sobre las comunidades.
Óscar Rosal, director de Minería del Ministerio de Energía y Minas, afirmó que hay un monitoreo permanente en la mina respecto del uso del agua y de los procesos productivos.
Hay un cierre paralelo
Mario Marroquín, director ejecutivo de Goldcorp en Guatemala, aseveró que hay un plan de cierre técnico en marcha, el cual se ejecuta de manera paralela a la operación minera, que en su mayoría extrae oro.
Aseguró que la empresa invierte entre US$4 millones y US$5 millones anuales en esos trabajos de recuperación, para no esperar hasta el final de la operación. Agregó que se revisa el plan de cierre, para incluir las nuevas tecnologías.
Enfatizó que la actividad minera no es responsable de las grietas en las casas; no obstante, la empresa brinda acompañamiento a las entidades estatales que deben dar solución habitacional a los afectados.
Prensa Libre, 28/07/2011
