A decir de Cofiño, en su columna “Mujeres en Acción”, pese a las múltiples adversidades, existen organizaciones y personas que se dedican a construir vidas dignas y con bienestar, algo difícil en una de las sociedades más desiguales del continente, Guatemala.
De acuerdo con la profesional, esa gente que lucha por educación, vivienda, salud, trabajo, tierra y alimentos, necesidades vitales que siguen sin resolverse, es la población femenina, en quienes la guerra dejó huellas dolorosas y por mucho que se promueva la amnesia, el pasado queda indeleble en la memoria y en la piel.
Según la columnista, esta semana se realiza una audiencia pública en la que se escuchará a las mujeres que fueron esclavizadas para dar servicios laborales y sexuales forzados a miembros del ejército cuando el área rural fue escenario de genocidio; participarán mujeres indígenas Q’eqchi’ que darán testimonio de los abusos y torturas a las que fueron sometidas tras haber sido capturadas por militares.
Cofiño dijo que atreverse a describir en voz alta cómo fueron violadas por varios hombres repetidas veces durante largos períodos, señalar a los criminales y asumir su responsabilidad para exigir justicia, es un paso más en el fortalecimiento de ellas como sujetas políticas y en el esclarecimiento de la historia guatemalteca.
La columnista dijo que en otras regiones mujeres en defensa de la vida y contra la depredación que provocan las empresas extractivas, siguen trabajando para que estas actividades se detengan y desde hace varios años se ha hecho más significativa la presencia de la población femenina que plantean pacífica, legal y legítimamente que sean respetadas sus opiniones.
Finalmente, Cofiño destacó que en San Rafael las Flores, Santa Rosa, muchos guatemaltecos se unieron y opusieron a la operación minera, las mujeres también estaban allí y en todos los lugares amenazados por ese desarrollo que mata, compartiendo sueños de paz, armonía y felicidad.
Cerigua, 24/09/2012